Danza Sagrada
En algunos pueblos de la antiguedad se pensaba que la fertilidad humana estaba directamente relacionada con la tierra. A las mujeres, que eran las que creaban nuevas vidas, se les atribuían poderes mágicos. Las mujeres tenían danzas rituales en honor a estos poderes mágicos (ceremonias relacionadas con la fertilidad). Los hombre estaban excluidos de estos ritos. En la antigua Grecia y Roma se realizaban diferentes danzas de la fertilidad basadas en la rotación de las caderas y vientre. Algunas de ellas se realizaban en honor a las diosas. Muchas de estas divinidades provenían del este, en particular de Siria y Turquía. En Chipre, lugar de nacimiento de Afrodita, la diosa Griega del amor y la fertilidad, las mujeres realizaban danzas rituales eróticas acompañadas de cantos y percusión mediante las cuales se ponían en trance. Esto les permitía entrar en contacto con la diosa y que ésta les pasase su poder. Asimismo, estos ritos o similares tuvieron lugar en Mesopotamia, Fenicia, Egipto, Arabia y la India. En estas ceremonias participaban gran número de mujeres. En ellas se bailaba, se cantaba e incluso en algunas las mujeres se ofrecían a los hombres en honor a la diosa. El propósito de estas ceremonias era traer el poder de la diosa a la tierra y favorecer la fertilidad.